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Examinando Tesis Pregrado por Autor "Saldivia Maturana, Camila Paz"
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Ítem Gonzalo Millán y Enrique Lihn en función de la muerte(Universidad Finis Terrae (Chile) Facultad de Humanidades y Comunicaciones, 2022) Saldivia Maturana, Camila Paz; Ayala Munita, Matías, prof. guíaDesde una perspectiva filosófica tradicional, en Occidente la muerte ha sido uno de los tópicos del cual han surgido infinitas reflexiones. En el texto Poéticas de lo viviente, lo animal y lo impersonal (2020), Matías Ayala explica que en la tradición fenomenológica la muerte ajena permitió una reflexión erudita (95). Tal es el caso de filósofos como: Hegel, Heidegger, Sartre, entre otros de distintas corrientes, que pudieron reflexionar en torno a la muerte ya que no iban a morir (95). Así también ocurrió en la perspectiva socráticaplatónica, con la diferencia que aquí la muerte fue considerada una “ganancia”, pues venía dada la recompensa o “el galardón” tras llevar una vida virtuosa. Esta reflexión se encuentra en Gorgias, obra de Platón, que establece una discusión filosófica entre Calicles (filósofo político) y Sócrates en torno a la vida y la muerte. Como menciona Pablo Oyarzún en “Verdad y muerte: Sócrates y Calicles en pugna” (2002), Calicles es un opositor a la idea de que existe un juicio y transcendencia del alma, por eso propone que el castigo puede evitarse (368), en tanto que Sócrates cree en el castigo después de la muerte para que se ejerza la justicia (368), pues, según este último filósofo, una vez que el alma se libera del cuerpo corrupto a través de la muerte, recién ahí puede conocer lo verdadero y justo. Esto aplica para quienes hayan tenido una vida inclinada a la virtud y también para los desobedientes, siendo estos últimos los que heredan “el castigo eterno”, ya que el alma no puede escapar del juicio de los dioses. Así, Sócrates, por causa de la recompensa, cree que los buenos no deben temer a la muerte, sino reconciliarse con ella para terminar con la injusticia de la vida y llegar a la verdad como fin último. Ahora bien, cuando se es consciente de la propia “muerte venidera” es casi imposible la reflexión filosófica, ya que se vive un difícil proceso de resignación ante la vida misma. Gonzalo Millán y Enrique Lihn, poetas que crean Veneno de escorpión azul (2008) y Diario de muerte (1990), revelan que morirán pronto producto de un cáncer al pulmón. Por ende, sus puntos de vista no exponen una reflexión elevada, por el contrario, delatan lo que es “morir” una vez que los cuerpos pierden vitalidad. En el libro Poetas de lo viviente, lo animal y lo impersonal, Matías Ayala establece que la muerte es el acto de dejar de vivir que le sucede a los demás, en cambio, el morir es cuando el sujeto de enunciación acontece con un cuerpo enfermo y sin potencia (96). Si bien es imposible registrar qué acontece una vez que se muere, la mala salud física del cuerpo a punto de ser diluido determina cómo cambia el transcurso de la vida en el que se experimenta el “morir”. Por ello, no es extraño que ambos enfermos desestimen su existencia y terminen por “vivir” más como seres inertes que vivos. En vista de lo anterior, esta investigación tiene por objetivo general comprender que Enrique Lihn y Gonzalo Millán están a disposición de la muerte, debido a que al ser enfermos terminales se inspiran con la certeza de que esta acontecerá a pesar de que no conozcan su fecha exacta. En vista de aquello, esta investigación responderá a la siguiente interrogante: ¿De qué manera la pérdida y el dolor anticipan la muerte en ambas obras? La respuesta a esta pregunta es que el registro literario en Lihn y Millán anticipan la muerte a través de sus textos autobiográficos que muestran la fragmentación y notación corporal. Por lo mismo, ante esta hipótesis, este trabajo investigativo será desarrollado mediante tres capítulos. El primero dará cuenta de las apreciaciones que tienen Lihn y Millán de sí mismos, a partir del capítulo “Registros del morir: Santa cruz, Millán, Lihn” escrito por Matías Ayala, puesto que esta obra permite entender que a ambos se les relaciona con la fragmentación y el descentramiento. Sumado a eso, este primer apartado también tendrá de marco teórico el libro De lenguaje y literatura (1996) escrito por Michael Foucault (capítulo “El lenguaje al infinito”), que ayudará con el planteamiento de que el lenguaje refleja un doble; es decir, a un “yo autor” y al “yo narrador o lírico”. Para concluir, se utilizará el texto crítico de Sara Bolognesi que es “Afrontar la muerte desde la escritura: el phamakon poético en Veneno de escorpión azul (2006) de Gonzalo Millán”, el que permitirá reforzar que la identidad deconstruida de Lihn y Millán es la de “enfermos terminales” apartados del mundo exterior e inscritos bajo un estigma social. Por lo mismo, en virtud de lo propuesto, el primer objetivo específico será analizar las apreciaciones de ambos autores en las que consiguen evidenciar que son sujetos fragmentados y descentrados a causa del cáncer, con la finalidad de establecer que esto anticipa sus muertes venideras. El segundo, iniciará con la representación simbólica de la muerte desde el movimiento simbólico hasta el renacimiento, puesto que son períodos en los que se hace uso de la típica imagen de “la calavera” que alude a la muerte desde una perspectiva distante. No obstante, para diferenciar la segunda parte de este mismo capítulo, se expondrá la perspectiva subjetiva de los autores en torno a la muerte, basada también en el análisis del capítulo “Registros del morir: Santa cruz, Millán, Lihn” (2020) de Matías Ayala, quien enfatiza en que es representada desde lo intrascendente y no está influenciada de la reflexión filosófica tradicional o algún tipo de credo religioso. Este punto de vista que, como se ha mencionado antes, se despoja de cualquier vestigio de esperanza o planificación del futuro producto del poco tiempo de vida. Además, a partir del libro La enfermedad y sus metáforas (1996) de Susana Sontag, se complementará la perspectiva de “la muerte venidera” mediante la connotación moralista que se le atribuye al cáncer, el cual es concebido dañino por lo que hace perder y producir dolor en los sujetos. Desde otra perspectiva, en este segundo capítulo, se hará uso también del texto crítico “Afrontar la muerte desde la escritura: el phamakon poético en Veneno de escorpión azul (2006) de Gonzalo Millán”, en el que su autora Sara Bolognesi propone que el real dolor se puede evocar y no transmitir. Por consiguiente, el segundo objetivo específico será explicar en qué medida el “autorretrato escritural” de Gonzalo Millán y Enrique Lihn se diferencia de la “representación simbólica” de la muerte en la pintura Autorretrato con la muerte tocando de Böcklin (1872) y el poema “Danzas macabras” (Siglos XIII a XIV); obras que, además de situarse en un contexto histórico distinto, aprecian la muerte desde un “otro lejano” y no un “yo cercano”. En el tercero, se comenzará con antecedentes históricos de la muerte concebida como un espectáculo religioso, con base a los capítulos “La muerte doméstica” y “El enfermo, la familia y el médico” del libro Historia de la muerte en Occidente desde la Edad Media hasta nuestros días (2000) escrito por Philippe Ariés, debido a que aquí se mencionan los diferentes puntos de vistas acerca de la muerte según los períodos históricos y la práctica religiosa que fue común realizar en “el lecho del moribundo”, organizada por el sacerdote, el médico, los familiares e incluso desconocidos que rezaron por su alma. En paralelo, se complementará también con el libro La enfermedad y sus metáforas (1996), pues su autora Susana Sontag explica que la enfermedad (desde lo histórico) fue vista como una prueba que el moribundo debió superar, con la diferencia que ahora se presenta desde una perspectiva humanista y no religiosa. Para luego, en la parte dos de este mismo apartado, por medio del análisis también del capítulo “Registros del morir: Santa cruz, Millán, Lihn” de Matías Ayala, se exponga que Lihn y Millán habitan el lecho desde un espacio y entorno social limitado, quienes están predispuestos de manera física y psicológica a apartarse del “mundo exterior” perteneciente al de los sanos, con la intención de evitar malestares producto de la enfermedad y no sentirse “cargas” para sus familiares. Por tanto, el tercer objetivo específico será fundamentar de qué manera el lecho del moribundo en la actualidad se diferencia al de la antigüedad, mientras que el cuarto objetivo específico será explicar cómo se desarrolla el espacio y entorno personal en Millán y Lihn.